lunes, 24 de octubre de 2011

AZARIAH


UNA INICIADA MIL HISTORIAS



Mi historia...
Me piden que cuente mi historia....

La que soy, la que fui en el pasado.
¿Cuál historia?
Si acaso soy hoy la suma de las vivencias de todas las vidas que he vivido...

Si cada uno de nosotros en el hoy somos la consecuencia de los aprendizajes recibidos en el correr de los milenios reencarnacionales vividos.

Si mis líneas fuesen de una escritora convencional, diría...
En el comienzo, cuando nací por primera vez en estas tierras..., pero no soy una escritora convencional; soy una mística, sí, una mística, una iniciada a la que se le pide contar su historia. Una mística que del sentir sí entiende; pero de la gramática necesaria para escribir correctamente un libro NO, de esa escritura NO... como consecuencia les pido paciencia, porque voy a tratar de relatarles mi historia lo más exacta posible y es deseo de mi corazón el que la puedan sentir, que la puedan comprender y que a muchos les sirva como consejo, como espejo o por qué no como un farol; un gran faro que ilumine en algo sus caminos.


Para contarles de ayer debo de comenzar en el hoy; o sea en el comienzo de ésta mi vida actual...
Mi nacimiento fue bastante traumático, pues hubo grandes problemas en el parto y casi morimos mi madre y yo. Mis primeros meses existieron con grandes dificultades, puesto que a consecuencia del aterrador nacimiento, y a la asfixia por la que pasé, desarrollé graves problemas en mis vías respiratorias y pequeños pulmones. Los primeros años de mi vida se desarrollaron duramente y luchando año a año para poder sobrevivir.
Sí, los pulmones no resistían, no querían volver a funcionar; pero mi alma era de una guerrera que le dio pelea a la supervivencia, pelea día a día hasta que fui creciendo, muy protegida por mis padres...


Era una pequeña niña muy rara. Las largas semanas de enfermedades y de reposo me forjaron solitaria... solitaria para el exterior, pero con una gran vida; muy rica interiormente dado que todo aquello que mi enfermedad y el débil cuerpo no podía hacer lo realizaba en mi mente, en mi imaginación....Sí, eso decían, que tenía una gran imaginación, lo decían los médicos, los psicólogos, todos los que me asistían.
Por el hecho de ser una pequeña debilucha pero con gran carácter, y fuerte en las decisiones a tomar... Me fui formando, luchando y forjando una definida personalidad.
Les contaba a mis padres; principalmente a mi padre con la cuál me entendía bien; mis vivencias, las enseñanzas, que “MIS AMIGOS”; como yo los llamaba me daban sobre los hechos de la vida y sobre la salud, la medicina, la anatomía; aunque no conocía el concepto de las palabras; pero las enseñanzas me las mostraban como si fuesen con dibujos, con láminas que aparecían en la oscuridad.
O sea con imagenes fueron enseñándome lo que con conceptos era muy difícil dada mi corta edad.


Esos amigos que sólo yo veía, amigos que me enseñaban a vivir, a crecer sensiblemente, a viajar fuera del cuerpo y no tener limitaciones para las experiencias y el aprendizaje que ellos me proporcionaban...
Mis amigos, hoy día comprendo, que eran grandes emisarios del destino, grandes MAESTROS, que dedicaron su existencia a seguir transmitiendo enseñanzas a todos aquellos que fuesen capaces de verlos, sentirlos y más que nada comprenderlos...
Hoy en día pienso y recuerdo que yo los trataba como amigos y cuenta nunca me dí, de la gran diferencia de sus edades con respecto a mi... me era natural el aprender con y de ellos, me recordaban que ya antes los había tenido como Maestros y Guías.
Por lo tanto hoy nuevamente se encargaban de enseñarme a recordar y a practicar un potencial parcialmente olvidado con el nacimiento. Sí, pequeña, muy pequeña yo era y casi la mayoría de ellos eran en su apariencia muy mayores, sólo habían un par de seres que tenían apariencias de mujeres jóvenes, el resto de diferentes épocas y culturas eran todos bastante mayores; incluso ancianos.


Es claro hoy día para mí ver que mostraban la apariencia que tenían antes de morir (o digamos, en su última vida); de estar vivos en la vida; ahora estaban realmente vivos dentro de esa dimensión llamada por nosotros “muerte”. Llamada actualmente muerte por esta raza humana tan olvidada de los conceptos y las enseñanzas del pasado, dado que en la gran mayoría de las antiguas culturas sabían bien definir ese mundo dimensional; incluso la civilización egipcia se llamaba “daat”; y era por un camino místico y energético que el difunto llegaba a ese basto lugar donde permanecería el tiempo necesario para restablecerse, descansar, ver y comprender sus fallas, errores u omisiones realizadas en su vida transitada por la cual cuando fuese el momento se decidía volver a cumplir otra vida reencarnacional; y así sucesivamente tantas vidas como fuese necesario hasta completar su aprendizaje y su misión.


A partir de ese momento unos volvían a su esencia del ser y otros aquellos que así lo sintiesen quedarían en una dimensión intermedia ayudando a evolucionar, ayudando a recordar, ayudando a vivir, ayudando y enseñando a sus discípulos como parte de una evolución interminable para ambos.
Aquellos que estuviesen vivos en la vida y los vivos en la dimensión de lo que nosotros hoy en día llamamos muerte.
Grandes sabios de muchos lugares, épocas y dimensiones, no existía diferencia en el tiempo para darme mi aprendizaje. Había Maestros que evidentemente habían existido hace milenios, otros en épocas más contemporáneas e incluso otros que se comunicaban de las lejanía del tiempo y el espacio...
Sí, comprendan bien, el tiempo y el espacio. Así de esa forma me fueron enseñando con mucha paciencia hasta que en mi corta edad comprendí mi origen y nacimiento.


Vengo como muchas almas de una larga evolución de vidas, y así llegué a estas tierras junto con quien me había dado la vida (mi padre). Mi padre de esa, mi primera vida en este planeta era como diríamos hoy en día un científico brillante, pero no era el único, era toda una civilización que llegaron a ayudar en la evolución de las especies animales y formas de vida existentes ya en estas tierras.En esa evolución en la cual la mano de los seres vivos intervienen, no siempre siguen los tiempos correctos, las esperas y las ansiedades hicieron que llegado un lapso de tiempo se cometieran errores; sí, errores que costaron las vidas de muchos de los de mi raza y algunos nativos de estas tierras.Por lo tanto llegó una época en que se tomó la decisión dolorosa en que se tenía que dejar en este planta llamado hoy en día TIERRA en dejar su descendencia, sus hijos e hijas...Desde las lejanías tratar de enseñarnos, de aconsejarnos y de mostrarnos cómo ellos se equivocaron y de esa forma que tratáramos de no cometer los mismos errores.Conozco cuál es mi lugar de origen, el nombre y el rostro de aquel primer padre con el que llegué a estas tierras, aunque para las enseñanzas que deseamos transmitirles no es necesario revelarlos.

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